NUEVE MESES Y UN POCO MAS
Dicen que la
vida es un misterio, que las cosas que
nos suceden día a día son inexplicables, pero que desde que nacemos Dios ya
tiene un propósito con cada uno de nosotros y que sabe como, cuando, donde y en
que momento estas cosas pasaran.
Mi vida siempre
ha sido alegre, siempre he estado rodeado de mi familia, mis amigos
y de muchas personas que de una forma u otra siempre me han brindado su afecto;
una de esas personas la conocí hace poco mas de un año, su nombre era Lina, una
niña de escasos 15 años, la cual estudiaba en el mismo colegio que yo y sin saberlo ni planearlo le iba a dar un giro
inesperado a mi vida.
Aquella niña,
con el paso del tiempo fue ganándose mi respeto y cariño y de una forma
insólita lentamente empecé a sentir sentimientos mucho más profundos por ella,
en esos momentos no sabia porque con
solo una sonrisa, con solo una mirada o con solo escuchar su voz todo mi cuerpo
y mi ser se estremecía.
Día y noche lo meditaba
y ninguna respuesta hallaba, y solo le pedía a Dios que me iluminara para
descubrir que pasaba en mi mente y corazón. La respuesta de Dios no tardo
mucho, ya que a los pocos días aquella niña se me acerco y con mirada tímida y
voz temblante me dijo lo que sentía por mí; extrañamente eran los mismos
sentimientos que yo tenia hacia ella y ahí comprendí que estaba enamorándome profundamente de ella y lo mejor era que el sentimiento fue mutuo.
La alegría
invadió mi corazón, con besos y abrazos sellamos ese momento ya que a partir de
ese instante empezaríamos juntos una relación casi perfecta con las familias; nos querían, nos cuidaban y sobre
todo siempre nos apoyaban y aconsejaban.
Nuestra relación era maravillosa nos queríamos y nos entendíamos a la
perfección; éramos como el complemento del otro y cuando no estábamos cerca nos
sentíamos vacíos. Un pequeño lema que
teníamos era que antes de vernos como una pareja siempre nos viésemos como
amigos, ya que para nosotros lo más importante siempre era la confianza y la
sinceridad.
Llevábamos
cinco meses de novios, durante este tiempo el amor de nuestros corazones cada
vez era más grande, las emociones y sentimientos día tras día crecían más, sentía
que ella era el amor de mi vida, la personita con la cual quería estar siempre
y pensaba que nada ni nadie me alejarían de ella.
Muchas veces
entre tanta cosas que conversábamos teníamos planeado que a futuro formaríamos
una familia, que tendríamos un bebe y que le daríamos todo de nosotros para que
él fuese un chico de bien y productivo para la sociedad.
Por ese mismo
tiempo decidimos irnos a pasear, nos fuimos a unas cabañas en San Antonio de
Pereira, un pueblo continuo a Rionegro. el lugar era muy lindo, el paisaje
también; pero lo mas hermoso fue que en aquel lugar se consumo la fiebre de nuestro amor y así empezar una nueva
etapa de nuestra relación.
Todo ese
momento fue hermoso, solo el lugar y nosotros fuimos testigos de lo que
sucedió. Al volver a Medellín las cosas siguieron mejorando, el apego entre
nosotros era aun mayor y claro, era lógico, después de la experiencia tan linda
que tuvimos en aquel lugar.
Un mes después,
Lina muy asustada me llamó, me pidió que fuera hasta su casa y que habláramos;
en ese momento solo pensé ¿será que desea terminar? ¿Qué hice de malo? o ¿le
abra pasado algo a ella? Baje
rápidamente hasta su casa y después de recordar viejos momentos me dijo que
estaba en embarazo.
Por un momento
se me bajo todo, el solo escuchar esa palabra “embarazo” sinónimo de “bebe”
asusta. Yo no sabia si llorar de alegría
o preocupación, si abrazarla o irme y pensar las cosas; pero en tan solo
segundos Dios cambio mi temor y me dio confianza y de mi boca solo salieron
estas palabras: “Tranquila, que aquí estaré yo”, con solo mencionar esas
palabras ella empezó a llorar; yo la abrazaba con fuerza pero ella no se podía
contener, pensaba que yo la abandonaría,
la dejaría en ese estado y frente a tal responsabilidad.
El primer paso
ya lo habíamos dado, el aceptar a nuestro bebe; ahora seguía el segundo,
afrontar tal situación ante nuestras familias
y la sociedad, con mucho miedo pero valentía, decidimos invitar a
nuestras familias a comer y después de esto
reunirlos todos en un mismo lugar. Varios días antes yo solo pensaba mi
discurso, pero lo único en lo que podía pensar era en simples preguntas: “¿Que
les digo?”, “¿Como se los digo?”, “¿Nos apoyaran?”, “¿Que tanto los abre
decepcionado?” y muchas preguntas mas. Al momento de la verdad aunque sabia que
decir no sabia como empezar, estaba frio, mi corazón palpitaba fuertemente,
Lina se acerco a mi, y apretando mi mano y abrazándome por la cintura, me dio
el valor que me hacia falta y la larga conversación empezó.
La mirada sorpresiva de
nuestros padres y hermanos lo decían todo ellos nunca se esperaban un momento
como ese; termine de hablar y un
profundo silencio invadió la habitación, ninguno como que entendía lo que
pasaba o tal vez no lo asimilaban, parecían mas asustados que nosotros y
aunque esperábamos regaños y palabras de desprecio, paso todo lo contrario.
Nos dijeron que
muchas cosas cambiarían y claro era lógico nosotros ya lo sabíamos, que a pesar
de todo y que aunque estábamos muy jóvenes Lina y yo les habíamos siempre
demostrado que éramos una pareja ideal, siempre les habíamos mostrado hasta
donde queríamos llegar y que lo nuestro no era un simple noviazgo sino que era
una relación muy seria.
Un bebe nunca
estuvo en los planes de ellos, aunque en los nuestros si y ellos lo sabían,
pero en la vida no es lo que uno quiere sino lo que le toca y aunque no estaban
cómodos con esta situación la aceptaron y estaban mucho mas emocionados que
nosotros.
Aunque teníamos
lo mas importante, nuestro mutuo apoyo y el de nuestras familias, la sociedad
nos hacia daño, nos miraban mal, nos criticaban, nos señalaban y personas que
pensábamos que estarían con nosotros nos dieron la espalda.
Pero con el
viento en nuestra contra, siempre seguimos adelante.
El primer control fue demasiado gracioso, ya
que yo muy ilusionado vería a mi bebe, pero para sorpresa mía lo único que pude
observar en la imagen era una pequeña semillita la cual se le iría
transformando durante nueve meses para crear un lindo bebe.
Con mucha
ansiedad y con deseos que el tiempo pasara rápido, empezamos a comprar cositas
para el bebe, la cuna, las pañaleras, el cochecito, y sin saber aun el sexo y deseando siempre un
varón decidimos comprarle ropita.
También
empezamos a ir a centros de estimulación prenatal, era demasiado gracioso
también las cosas que nos ponían a hacer, pero todo lo hacíamos con el fin de
que el bebe naciera bien y todos los estímulos le sirviesen.
A los cuatro
meses y después de varios controles, el médico nos dio una gran noticia, ya
sabia de que sexo era nuestro bebe y para nuestra sorpresa Dios nos regalo lo
que tanto queríamos un varón.
La emoción nos
seguía invadiendo y la tarea ahora era encontrar su nombre, listas y listas
sacamos, a muchos les preguntamos, pero pocas opciones quedaron; finalmente lo
encontramos, uno nombre que nos
gustase y ese nombre fue Emmanuel y
desde ese día así lo llamaríamos.
Fuimos juntos a
muchos lugares, nos divertimos mucho y siempre le recordábamos que lo amábamos,
que seria nuestra razón de ser y que con el apoyo de todos lo sacaríamos
adelante; todo parecía hermoso, aunque al sexto mes empezaron los problemas
entre Lina y yo; ya por todo discutíamos, parecía que no nos queríamos y fue
allí donde dejamos nuestra relación.
Mi corazón se
sentía triste y vacio, al saber que esa persona especial que siempre anhele, se
encontraba lejos de mi, y aunque la relación de ella y yo estuviese mal, esto
no era impedimento para seguir velando por la vida de mi bebe y de la misma
forma transcurrieron los siguientes meses.
En ese tiempo
entre a la universidad, una nueva etapa de mi vida se estaba desarrollando, a
la cual tenia que hacerle frente y responder con responsabilidad;
siempre tuve una imagen contraria de la U.P.B, pensé que solo habían personas
creídas y humillativas pero muy pronto me toco tragarme mis palabras; ya que
conocí a un grupo de personas muy cariñosas y especiales que aunque se conocían
entre ellas, poquito a poco me dieron la oportunidad de integrarme a su grupo.
Ninguno de
ellos sabia lo de mi bebe, aunque un día, todo lo que trataba de esconder por
un nuevo rechazo de la sociedad salió a flote, y para nuevamente sorpresa mía,
el apoyo y la aceptación de estas personas fue muy valioso.
Día tras día me
preguntaban por Lina y el bebe y aunque no lo demostraba con palabras eso me
hacia sentir muy bien, todas estas personitas siempre me preguntaban porque
había terminado con Lina o porque no volvía con ella; y sin planearlo y de
forma inconsciente estas preguntas fueron dando vueltas en mi cabeza, aunque la
verdad no les hacia mucho caso.
En uno de los
últimos controles, el doctor nos dijo que Emmanuel estaba creciendo mucho y que
tan pronto empezaran los dolores o contracciones era mejor por seguridad de él
y Lina practicar una cesárea; la noticia
nos asusto mucho, pero aunque no seria yo el que iba a tenerlo, siempre le di
muchos ánimos y fuerzas a Lina para enfrentar tal momento.
A la otra
semana nuevamente en el control, el doctor dijo que la llegada del bebe estaba
muy próxima, que se atrevía a decir que para esa semana llegaría, entonces que
estuviésemos listos para tal momento; Desde entonces los nervios me
empezaron, iba a estudiar pero no me concentraba, parecía serio, pero estaba
pensativo, por mi mente pasaban muchas cosas y aunque nuevamente sentí mucho
temor, también tenia deseos que Emmanuel llegara .
Un día, antes
de partir hacia la universidad, decidí bajarle un Cd a Lina, con una canción
muy hermosa que deseaba dedicarle a Emmanuel, Lina como con cara de malestar
pero con una gran sonrisa me lo recibió
y de un tierno y caluroso abrazo nos despedimos. Ese abrazo, hizo encender
nuevamente las cenizas de amor que habían en mi interior y otra vez en ese
momento estaba dispuesto a luchar por ella y mi bebe.
Llegue a la
universidad, compartí con mis compañeros y antes de empezar la noche ya estaba
de vuelta en casa; una hora mas tarde el teléfono sonó, era la madre de Lina
avisándome que Emmanuel posiblemente nacería; mi corazón se acelero y lo único
que pedía era que ellos estuviesen bien.
Di la gran
noticia en casa, me cambie y salí directamente hacia el hospital; allí las
horas pasaban lentamente, Lina estaba asustada, tenia ganas de llorar y no
comprendía si era de miedo o felicidad, y aunque en ese momento no éramos
nada, siempre estuve a su lado como si
aun lo fuéramos.
Faltando
cincuenta minutos para que acabase el día, empezaron los preparativos en la
sala de partos, ya el momento esperado solo estaba a minutos de suceder, la
tensión en el ambiente se hizo mas grande, yo empecé a temblar; Lina ya estaba
en el quirófano, solo faltaba yo, mientras me cambiaba y me vestía con la ropa
adecuada pensaba en muchas cosas y lo único que deseaba y le pedía a Dios era
que cuidase de la vida de esas dos personitas tan especiales que se encontraban
allí dentro.
En un abrir y
cerrar de ojos y con la mano de Lina junto a la mía, escuchamos una dulce
melodía que por mucho tiempo iríamos a escuchar; era la voz de Emmanuel, la emoción me invadió, y en cuanto me pidieron
que cortara el cordón umbilical que lo única con su madre todo nuevamente me
tembló.
Después de unos
minutos que lo revisaron, lo pesaron y lo limpiaron, lo entregaron en brazos de
Lina, ella lo abrazo, lo miro y me miro y en tan solo segundos me lo entrego;
en cuanto lo cargue, lo sentí y lo mire, me sentía tan frágil como el, tan
tierno y tan pequeño; y cerrando mis ojos y dándole gracias a Dios, por mis
mejillas empezaron a recorrer lagrimas de alegría y sentimientos que con
palabras son imposibles de explicar, estaba anonadado que aquel momento tan
esperado ya fuera realidad y sobre todo le agradecía a Dios por que todos
estuviéramos bien.
Lina tuvo que
quedarse dos días en el hospital, toda la familia estaba contenta y dichosa,
todos querían cargarlo, mirarlo y abrazarlo y de mi ni que se puede decir, me
tenia loco, fascinado y obsesionado por
pasar cada momento con él…
Hace muy poco
Lina y yo volvimos, estamos felices y no nos cambiamos por nadie, las cosas son
mejores que antes y creo que mi circulo de amor nuevamente se completo.
De Emmanuel que
puedo decir, es un niño muy hermoso el cual gracias a Dios nació en un buen
hogar; actualmente tiene 20 días de nacido y desde aquel día me siento un gran
papá, y aunque esto apenas comienza se que con el apoyo de todos saldremos adelante.